La historia de la empresa Buubla comenzó cuando los dueños volaban en un avión y su pequeño hijo necesitaba ir al baño. En ese momento no tenían un orinal con ellos, por lo que el hijo comenzó a llorar y se negó a ir al baño.

En cuanto la familia volvió del viaje, quisieron comprar un orinal de viaje para su pequeño, ya que estaban en constante movimiento y no querían llevar consigo uno normal debido a su gran tamaño. Googlearon un poco y los resultados fueron muy sorprendentes. Prácticamente no había orinales de viaje en el mercado, y si había alguna opción, no era lo suficientemente convincente.

No más de uno o dos meses después, Buubla nació.

El objetivo era crear no solo un orinal para viajar, sino una que se pueda usar en la vida cotidiana. Era importante hacerlo con la mínima cantidad de material para que tuviera un aspecto bonito, fuera cómodo y pudiera usarse todo el tiempo que el niño tuviera esa necesidad.

El orinal Buubla ahora es un producto patentado en EE.UU. También está pendiente una patente de la UE.

Por cierto, el nombre Buubla fue inventado por el hijo de los propietarios cuando tenía 2 años y medio.